Como en artículos anteriores (nutrición de la especia canina, cachorros y adultos), contaba cómo el alimento debe estar adaptado a las necesidades nutricionales y energéticas de nuestro perro a lo largo de toda su vida, hablaremos sobre la nutrición canina de los perros de edad avanzada
Cuando un perro se hace mayor pasa por dos etapas. En primer lugar, alcanza la edad madura, en la cual sus células comienzan a envejecer pero los cambios físicos son imperceptibles; después pasa a la etapa sénior, donde los signos de envejecimiento sí son visibles. La tasa metabólica en reposo disminuye con la edad, al igual que el tejido muscular, mientras que aumenta el tejido adiposo. Todo ello combinado con la disminución de la actividad física, hace que las necesidades energéticas sean menores.
Desde un punto de vista nutricional, los objetivos son prolongar la calidad de vida y prevenir y tratar determinadas enfermedades. Por ello habrá que mantener el peso óptimo de nuestro perro, gracias a la disminución del contenido de grasa en el pienso (adaptado a perros mayores), y seguir un racionamiento adecuado. Este pienso contiene antioxidantes para retrasar los efectos del envejecimiento celular causado por los radicales libres; nutrientes como prebióticos, proteínas e hidratos de carbono muy digestibles, para favorecer el proceso de digestión; ácidos grasos omega 6 y vitaminas del grupo B, entre otros, para preservar la calidad de la piel y el pelo; ácidos grasos omega 3 y un contenido restringido de fósforo para prevenir o ralentizar la insuficiencia renal en perros mayores.
Recordad que existen en el mercado dietas formuladas específicamente para tratar enfermedades o trastornos en nuestras mascotas (alergias; tendencia al sobrepeso; sensibilidad digestiva; cálculos urinarios, etc).
En un artículo anterior, hablábamos de la nutrición en la especie felina cuando eran cachorros. En este os contamos la nutrición del gato adulto y de aquellos de edad avanzada.
El alimento ha de estar adaptado al modo de vida (interior/exterior); condición física; sensibilidades; esterilización, etc.
Modo de vida: los gatos que tienen acceso a pequeños recintos exteriores consumen un 10 % más de alimento que los gatos que viven en interior. Si pasa mucho tiempo en el exterior, el pienso debe ser concentrado en energía (materias grasas).
El gato emplea un 30 % de su tiempo en acicalarse, por ello ingiere 2/3 del pelo que muda. En el tracto digestivo se compacta y forma bolas de pelo que la mayoría de las veces se eliminan por las heces (o vómitos), pero pueden causar graves consecuencias como obstrucción intestinal. Hay factores que agravan el problema: períodos de muda; estilo de vida, los gatos de interior son más propensos al invertir mayor tiempo en asearse; y la longitud media o larga del pelo.
Por todo ello, es de suma importancia administrarles malta y un pienso con ingredientes que favorezcan la eliminación de las bolas de pelo (la celulosa y el psyllium absorben agua y mejoran la viscosidad del contenido intestinal, estimulando el tránsito).
Aunque la esterilización es muy beneficiosa existe riesgo de obesidad: al extirpar una importante fuente de hormonas (sexuales), el metabolismo basal del gato disminuye, por lo que si lo alimentamos con el pienso que comía anteriormente, va a ganar peso. Por ello, se recomienda cambiar el pienso a uno formulado para gatos esterilizados.
A partir de los 12 años de edad, los signos de envejecimiento empiezan a ser visibles. Al contrario de lo que sucede en el perro, la cantidad de energía que necesita el gato va aumentando con la edad, ya que disminuye su eficiencia digestiva (no asimilan todos los nutrientes de forma efectiva).
Además de la precisión energética en el pienso de gatos mayores, también encontramos otros ingredientes destinados a mejorar la calidad de vida de nuestro gato: ácidos grasos omega 3 y 6 para preservar la calidad de la piel y el pelo; antioxidantes frente al envejecimiento celular; glucosamina, condroitina y leucina para favorecer la función articular; restricción de fósforo para ralentizar la progresión de la insuficiencia renal; entre otros.
También es importante que la croqueta sea más blanda para facilitar la masticación.
Recordad que existen en el mercado dietas formuladas específicamente para tratar enfermedades o trastornos en nuestras mascotas (alergias; tendencia al sobrepeso; sensibilidad digestiva; cálculos urinarios, etc).
El perro es un mamífero con régimen semicarnívoro, puesto que es capaz de adaptarse a una dieta omnívora, a diferencia del gato.
Come de una a tres veces al día (lo ideal es que sean mínimo dos); la comida tiene valor social para él, lo cual es útil para su adiestramiento y presenta un comportamiento “glotón”.
Todas estas particularidades repercuten directamente en la nutrición de la especie.
El alimento debe estar adaptado a las necesidades nutricionales y energéticas de nuestro perro a lo largo de toda su vida.
La gestación dura alrededor de 63 días pero al hablar de nutrición la diferenciamos en dos etapas: los dos primeros tercios y el último tercio de la gestación. En la primera etapa, es importante que la perra siga con el mismo pienso (siempre de buena calidad), pero controlando la ración para evitar que engorde y tenga problemas en el parto (no debe aumentar un 10% de su peso).
El último tercio de gestación coincide con la etapa en la que se está mineralizando todo el esqueleto de los fetos y formando sus tejidos. Esto significa que las necesidades proteicas y energéticas de la madre van a ser más elevadas, al igual que las necesidades de calcio, necesario para la producción de leche.
La lactación es el periodo de la vida de la perra en el que va a necesitar más energía (va a llegar a producir 3 veces su peso en leche). El pienso idóneo durante el final de gestación y la lactación es el de destete o starter (formulado para cachorros), por ser más concentrado en energía y nutrientes.
En el caso de que los cachorros no puedan alimentarse de su madre, se les dará leche maternizada (debe estar a 37 ºC, para que la digieran bien y administrarla cada 3 horas durante la primera semana).
El destete es una fase de transición digestiva que permite al cachorro pasar paulatinamente de una dieta líquida a un alimento sólido. Sobre la 4ª semana de vida, se debe mezclar un pienso de destete ó starter con leche maternizada y hacer un alimento pastoso para el cachorro. Irá incrementándose la proporción de pienso hasta la 5ª semana. A partir de este momento, sólo ingerirá pienso de destete, el cual refuerza las defensas y es altamente digestible. En torno a la 7ª semana, se sustituye por un pienso de crecimiento para cachorros.
El crecimiento es el periodo más delicado de nuestro perro, pues condicionará el resto de su vida.
Dada la gran variabilidad de tamaños en la especie canina, deben respetarse las necesidades específicas de cada uno de ellos para garantizar su desarrollo armonioso.
Los animales de razas pequeñas presentan un crecimiento rápido y explosivo, por ello el pienso es más energético; mientras que los cachorros de raza grande o gigante, presentan un crecimiento más lento dividido en dos fases: el tejido óseo se desarrolla más rápido, de tal manera que la estatura del cachorro aumenta rápidamente, mientras que la masa muscular se desarrolla más lentamente y bajo la influencia de las hormonas sexuales durante la pubertad. Por todo ello, los cachorros de razas grandes corren mayor riesgo de desarrollar patologías locomotoras si la alimentación no es adecuada.
Cualquier pienso de cachorro tiene que reforzar sus sistemas inmunológico y digestivo, pues se encuentran en pleno desarrollo. Por ello, hay que proporcionar piensos muy digestibles, de buena calidad, repartir las tomas para no sobrecargar el estómago y controlar las raciones para evitar sobrealimentación, la cual alteraría su crecimiento.
Los excesos de calcio también son peligrosos, el pienso está formulado para que reciban la cantidad óptima durante la etapa de crecimiento, por lo que una dosis extra de calcio provocaría graves trastornos articulares.
En otro artículo, nutrición de la especie canina (adultos y sénior), hablaré sobre la nutrición de los perros de edad avanzada.
Recordad que existen en el mercado dietas formuladas específicamente para tratar enfermedades o trastornos en nuestras mascotas (alergias; tendencia al sobrepeso; sensibilidad digestiva; cálculos urinarios, etc).
El gato es un mamífero con régimen carnívoro, por lo que sus necesidades proteicas van a ser más elevadas que las del perro; come numerosas veces al día y emplea 1-2 minutos/comida, por eso se dice que tiene un comportamiento catador en vez de glotón; además, el alimento no tiene ningún valor social para él; poseen una marcada sensibilidad gustativa; y son cazadores natos.
Diferencias nutritivas con respecto a los perros: la taurina es un aminoácido esencial; el ácido araquidónico y la vitamina A no pueden ser sintetizados por el gato, de tal manera que deben adquirirlos a partir del pienso.
A continuación veremos la importancia de la nutrición en las diferentes etapas de su vida, siempre con un pienso adaptado a sus cambiantes necesidades nutritivas.
Las necesidades energéticas y nutricionales delgata gestante aumentan mucho desde el inicio, por lo que se debe cambiar el pienso a uno formulado para gatitos (pienso de destete).
El consumo de la gata aumenta de forma regular un 10% por semanlo largo de toda la gestación, mientras que al final de la misma se produce una disminución del consumo, pues el útero alcanza un gran tamaño y limita el llenado gástrico. En este periodo la gata utilizará sus reservas grasas.
Después del parto, el excedente de peso (grasa) va a ser usado para producir leche. Durante la lactación, debe seguir alimentándose del pienso de destete para cubrir las elevadas necesidades energéticas y nutricionales y además debe consumirlo a libre disposición (ad libitum). En caso de déficit de leche materna, los gatitos deberán ser alimentados con leche maternizada.
El destete de los gatitos es el paso progresivo de una alimentación líquida a una sólida. El alimento ha de ser muy palatable y fácil de rehidratar. En torno a la 5ª semana de vida, se le administra una papilla, resultado de mezclar pienso de destete con leche maternizada; desde la semana siguiente, se va incrementando la proporción de pienso dando lugar a un alimento rehidratado; sobre la 7ª-8ª semana de vida, se le administra pienso de destete seco.
El crecimiento en el gato se divide en dos fases: una de crecimiento muy intenso que abarca desde el destete hasta los 4 meses de edad y otra fase de crecimiento más lento, que se produce desde los 4 meses en adelante
En la primera fase, el pienso idóneo es el de destete: muy energético, rico en proteínas de alta calidad y digestibilidad y con minerales y vitaminas en cantidad adecuada para favorecer la formación del esqueleto. Al tener una dentición temporal, la textura de la croqueta debe ser blanda y el pienso contener nutrientes que favorezcan el desarrollo de los sistemas digestivo e inmunológico, aún inmaduros.
En la segunda fase, se debe cambiar el pienso a uno formulado para el crecimiento, que será menos energético, aunque sus necesidades sigan siendo elevadas. En este punto, empezarán a cambiar los dientes a los permanentes, por lo que la textura de la croqueta será más endurecida para favorecer la higiene oral. De igual forma, el pienso de crecimiento refuerza los sistemas digestivo e inmune.
En siguientes artículos, nutrición de la especie felina (Adultos y sénior), trataremos la alimentación de los gatos mayores.
Recordad que existen en el mercado dietas formuladas específicamente para tratar enfermedades o trastornos en nuestras mascotas (alergias; tendencia al sobrepeso; sensibilidad digestiva; cálculos urinarios, etc).