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Lunes, 01 Junio 2015 00:00

Viajar con nuestra mascota

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Cada vez somos más los que viajamos con nuestras mascotas en coche, ya sea para ir de vacaciones o para desplazamientos más cortos. Es por ello que debemos acostumbrarlos a que viajen tranquilos, ya que de lo contrario puede suponer un estrés indeseable para ellos, y lo que es peor, un grave peligro para la seguridad.

Cuando tenemos un cachorro, uno de los factores que debemos incluir en su educación, es la adecuación al coche y a los viajes. Eso podemos conseguirlo permaneciendo con él en el coche (sin que el vehículo se desplace), durante períodos cortos de tiempo que iremos alargando. Durante estos momentos podemos jugar con nuestra mascota o premiarla con alguna golosina.

Tras estos períodos con el coche inmovilizado, podemos hacer viajes cortos, alargando su duración con el tiempo. Estas sencillas actividades también pueden servir en el caso de que tengamos una mascota adulta que no esté acostumbrada a viajar.

También es muy recomendable que antes de realizar un viaje demos un paseo con nuestro perro, o que juguemos con él, en definitiva, que realicemos alguna actividad para que esté más relajado durante el viaje.

El caso de los gatos es distinto. Al nos estar acostumbrados a salir de su casa, de su ambiente, a la hora de realizar un viaje pueden estresarse enormemente. 

Los gatos han de viajar en su transportín, y como muchas veces sólo usamos el transportín cuando vamos a desplazarnos con el gato,  la mayoría de ellos suelen asociarlo a una mala experiencia (estrés de un viaje, desplazamiento para ir al temido veterinario, etc.). Por ello, lo más importante, es crear una asociación positiva entre el gato y el transportín. Podemos conseguirlo dejando el transportín en casa como si fuera su refugio, con la puerta abierta, dejando dentro la cama, juguetes, golosinas, etc. Así, el gato dejará de pensar en el transportín como un lugar desagradable.

En cuanto a la normativa, hay que tener en cuenta que el espacio del conductor, (asiento, caja de cambios, volante, etc.) ha de estar siempre libre para el mismo. La mascota no puede tener acceso al espacio del conductor en ningún momento. Esta es la razón por la que no puede viajar en el asiento del copiloto ni deslazarse a la zona delantera. El perro ha de estar atado en todo momento, o bien, separado de los asientos delanteros por medio de una red. Los gatos, como hemos comentado anteriormente, han de ir siempre en su transportín.

Existen numerosos dispositivos para que el perro no pueda acceder al espacio del conductor, como redes, rejillas rígidas o correas que se enganchan a la sujeción del cinturón de seguridad. Debemos elegir la que más convenga, asiento trasero o maletero, y del tipo de vehículo donde viajemos.

De todas formas, no está demás consultar con la DGT (Dirección General de Tráfico) antes de desplazarse para informarse sobre la normativa existente o la nueva que se pueda desarrollar.

Por último, un aspecto importante a tener en cuenta es que los perros y lo gatos también pueden marearse en los viajes, pudiendo llegar a pasarlo muy mal, vomitar, etc. Existen fármacos tanto para el mareo como para los vómitos, por lo que habrá que consultar con el veterinario en el caso de que nuestra mascota se maree en los viajes.

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